Son muchos y variados los factores que convierten a España en uno de los países desarrollados con índice de Productividad más baja.
En concreto, somos un 26,8% menos productivos que la media de la Unión Europea.
Ninguna labor pedagógica o empresarial cambiará este dato en el corto plazo. Sin embargo, aquellas empresas cuyo núcleo de negocio se basa en contribuir a la consecución de empresas más eficientes, tenemos la obligación ética de poner nuestro grano de arena. Ése es el objetivo que perseguimos con estas Cápsulas sobre Eficiencia: con humildad y sin pudor. Sin corporativismo de país, señalando cuando sea necesario hacia factores culturales que nos lastran.
En esta primera Cápsula sobre Eficiencia vamos a hablar de la IMPUNTUALIDAD.
¿Cuál es la relación existente entre ser impuntuales y ser poco productivos?
Veámoslo con un ejemplo: las REUNIONES DE TRABAJO.
Cuando viajamos a países anglosajones, centro-europeos, nórdicos y también a Japón, nos fascina la puntualidad con que se comienzan las reuniones. Y la puntualidad con que las acababan.
En esos países, llegar tarde a una reunión es considerado una FALTA DE RESPETO hacia los otros miembros del grupo. Parten de la premisa de que todos tenemos nuestras agendas y nadie debería arrogarse el derecho de disponer del tiempo de los demás.
Y tiene un impacto directo sobre el NEGOCIO: o los objetivos de la reunión no se cumplirán, o se cumplirán a expensas de robarnos el tiempo para hacer el resto de nuestro trabajo. La impuntualidad siempre provoca víctimas.
Es muy simple ser puntual. No hay recetas mágicas: es una mera cuestión de VOLUNTAD.
Nos hemos convertido en excesivamente tolerantes con los impuntuales, hasta el punto de que se ha convertido en tolerancia cultural. Como un círculo vicioso, nos ha empujado a entrar en una espiral colectiva de impuntualidad. Cambiemos este hábito!
Una muestra de cómo deberían ser nuestras conversaciones con los impuntuales:
– Excusa: ‘Siento llegar tarde, había mucho tráfico’ – Respuesta: ‘No puedes pretender que el tráfico se ajuste a tus necesidades; sal antes de casa, por favor’ – Excusa: ‘Siento llegar tarde, tenía mucho trabajo en mi despacho’ – Respuesta: ‘Todos tenemos trabajo, no solo tú. La diferencia es que nosotros (los puntuales) guardamos el debido respeto por el colectivo y por el negocio’Como todo hábito, tan solo se necesitan 21 días consecutivos para incorporarlo en nuestra rutina y convertirlo en un acto automático. ¿Tenemos mejores planes para los próximos 21 días?
Bien cierto.
Y cuan más arriba muchas veces más impuntual.
Qué gran verda! Deberíamos analizar el impacto que tiene jerárquicamente hablando, desde luego contra más arriba estás en la pirámide parece que más tarde se pueden permitir llegar.